Pese a que la Unión Tranviarios Automotor (UTA) participa de
reuniones semanales con distintos niveles de gobierno para coordinar
estrategias que lleven mayor seguridad al transporte urbano de
pasajeros, su titular, Manuel Cornejo, ayer se mostró muy escéptico.
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Pese a que la Unión Tranviarios Automotor (UTA)
participa de reuniones semanales con distintos niveles de gobierno para
coordinar estrategias que lleven mayor seguridad al transporte urbano de
pasajeros, su titular, Manuel Cornejo, ayer se mostró muy escéptico.
"El problema va in crescendo, no tiene solución", disparó, convencido de
que la violencia no afecta en exclusiva a los colectiveros, pero de
noche los deja en condiciones de vulnerabilidad extrema. A tal punto
consideró grave el problema que, además de justificar los cambios de
recorrido y suspensión de trayectos en "barrios calientes", tampoco
descartó que llegue el momento en que se imponga directamente "suspender
los servicios nocturnos".
La Capital
La UTA no es la única organización gremial que se
queja por la problemática. Hace una semana, la Asociación Obreros del
Transporte Automotor (Aota) también denunció tres hechos de violencia
sufridos a lo largo del mes: la línea 122 roja, por un tiro en Pavón y
Lamadrid, la 123, por un asalto en barrio Godoy, y la 121, por cinco
balazos en 27 de Febrero y Circunvalación.
Por esa causa, la entidad exigió un efectivo policial
abordo de cada unidad en horario nocturno y se declaró en estado de
alerta, con la amenaza de lanzar un paro en coches urbanos y de media y
larga distancia.
Pero esa alternativa, por riesgosa, no entusiasmó
demasiado a Cornejo. "Veo peligroso que vaya un policía armado arriba
del colectivo por la que se podría armar", se sinceró, una opinión que
ya había vertido el presidente de la concesionaria estatal Semtur,
Gustavo Perrone, cuando surgió el reclamo de Aota.
Por eso, en búsqueda de estrategias consensuadas de
acuerdo a evaluaciones dinámicas, todas las semanas se reúnen
representantes de las tres empresas de ómnibus de la ciudad, el Ente del
Transporte de Rosario (ETR), la UTA y el secretario de Seguridad
Pública provincial, Marcos Escajadillo.
En algunos casos, tras analizar el panorama de la
seguridad en la ciudad, se decide que móviles policiales acompañen a los
colectivos en tramos considerados peligrosos y en otros, los menos, que
un efectivo suba abordo.
Sin embargo, aunque se admita a medias, ya es vox
pópuli que lo que resuelve la mayoría de los choferes es directamente no
ingresar en los sectores "calientes".
Justamente fue esa situación la que Cornejo admitió
ayer a La Capital. "Sí, es lo que se hace de hecho en barrios que se
ponen muy pesados", dijo el dirigente.
Un hecho que aceptó como frecuente y de larga data en
barrios como Las Flores, Santa Lucía, Cabín 9 y otras zonas del
distrito oeste de la ciudad a las que es "realmente imposible entrar de
noche".
Solos en la madrugada. Para el
gremialista, aunque la decisión afecte a vecinos que no tienen cómo
llegar ni salir de sus barrios, debe ser comprendida "porque para el
chofer una cosa es manejar de día, pero de noche, sentado ahí solito, la
cosa se le pone demasiado fea".
Cornejo se mostró tan convencido de que el problema
"no tiene solución", que no descartó que llegue el momento en que, de
máxima, "se tenga que decidir no trabajar más de noche".
"Estamos tratando de no llegar a eso, pero
honestamente no creo que la cosa mejore", aseguró el dirigente gremial.
Un panorama que, admitió, no es exclusivo del transporte.
"Cada día hay más inseguridad para todos. Cualquiera lo ve y se escucha todo el tiempo en la calle", disparó.
Quien puso alguna nota de optimismo ("por
personalidad, por convicción y por el cargo") fue el propio Escajadillo.
"Que las condiciones mejoren es una tarea de todos", aseguró.
Sin embargo, admitió que la responsabilidad
primordial de brindar seguridad le corresponde al Estado, que "debe
desembarcar con todo lo que tiene a mano, con sus distintos ministerios y
sus distintas jurisdicciones".
Las estrategias, según reconoció Escajadillo, "no
pueden agotarse en el área de Seguridad sino que deben involucrar toda
una lógica en la que confluyan políticas sociales, de cultura,
educación, deporte y distintos niveles de gobierno".
Y en lo que hace específicamente al transporte de pasajeros, además, sumar la propia experiencia y la voz gremial.