Tenía 19 años. Dos
Motochorros lo interceptaron. Después de balearlo, los asaltantes lo
descalzaron y le robaron también las zapatillas. Todo ocurrió anteanoche
en la capital tucumana, adonde la víctima se encontraba estudiando la
carrera de Educación Física.
Un muchacho de 19 años,
oriundo de Catamarca, fue asesinado de un tiro en el pecho al resistirse
a que dos motochorros le arrebataran la mochila y el celular. Después
de balearlo, los asaltantes lo descalzaron y le robaron también las
zapatillas. Todo ocurrió anteanoche en la capital tucumana, adonde la
víctima se encontraba estudiando la carrera de Educación Física.
“No
tienen vergüenza, son unos desgraciados que matan por robar un par de
zapatillas ”, declaró ayer el gobernador José Alperovich, al ser
consultado sobre el caso. Y opinó que en hechos como éste “tiene que ver
la droga”. Por el caso, hay dos sospechosos detenidos .
El
crimen consternó a la sociedad tucumana, ya conmocionada por varios
casos de homicidios en ocasión de arrebatos ocurridos en los últimos
tiempos. Las redes sociales de internet evidenciaron la preocupación
ciudadana por la falta de seguridad y se llenaron de críticas al
gobierno.
El hecho ocurrió en la lluviosa noche del miércoles,
alrededor de las 20.30, en Buenos Aires al 1.000, en el barrio de Villa
Alem. Esto queda a escasas doce cuadras de la Casa de Gobierno
provincial.
Como la víctima no llevaba documentos, la Policía de
la provincia tardó unas horas en identificarla. Al cabo, se supo que se
trataba de Ernesto Gonzalo Barrionuevo, de la ciudad catamarqueña de
Santa María, alumno de la Facultad de Educación Física de la Universidad
Nacional de Tucumán. El joven alquilaba una habitación junto con otros
estudiantes en Florida 595, a la vuelta de donde resultó asesinado.
Según
relató el comisario José Luis Lobo, de la comisaría 2ª, cuatro vecinos
fueron testigos de diferentes momentos del hecho y –pese a que la
visibilidad en el lugar no era buena por la oscuridad y la lluvia–
pudieron describir los rasgos físicos y la vestimenta de los asaltantes,
así como las características de la moto –de baja cilindrada, según
dijeron– en que se desplazaban.
El comisario contó también que,
mientras el personal policial examinaba la escena del crimen –el cuerpo
del joven estuvo largo rato tirado en el piso, descalzo y bajo la
lluvia–, los vecinos avisaron que, a un centenar de metros de allí,
estaban parados dos hombres que coincidían con la descripción de los
asaltantes. Ambos estaban observando con atención lo que ocurría.
Ante
esto, los policías intentaron acercarse a ellos para identificarlos,
pero los hombres subieron a su moto –de color rojo, sin patente– y
arrancaron a toda velocidad. Policías salieron a perseguirlos y lograron
alcanzarlos a las pocas cuadras, gracias a que los sospechosos hicieron
una mala maniobra y cayeron al pavimento , en Ayacucho al 1000.
Los
dos detenidos –que, según el comisario Lobo, fueron reconocidos allí
mismo por los testigos, al igual que la moto– fueron trasladados a la
comisaría y quedaron a disposición de la fiscal Adriana Reinoso Cuello.
En tanto, dos compañeras de estudio de la víctima fueron las encargadas
de ir a la morgue a reconocerlo.