Los Fonavis padecen serios problemas estructurales

Hay desde cloacas tapadas, fisuras y ascensores rotos hasta construcciones en espacios comunes.


Cloacas saturadas que inundan calles y pasillos peatonales, ascensores que no funcionan, fisuras, falencias en el servicio de agua y espacios comunes "usurpados". La lista de problemas, muchos estructurales, es la que desde hace décadas enfrentan los rosarinos que habitan en alguno de los 22 barrios Fonavi de la ciudad, donde se levantan unas 26 mil viviendas.
Los representantes de la Asociación Civil Barrios Fonavi de Rosario afirman que "muchas torres ni siquiera tienen final de obra por las falencias, de las que nadie se hace cargo".
La Dirección de Vivienda de la provincia puso en marcha la conformación de consorcios en estos edificios para "integrar al barrio y a los vecinos, y lograr que también participen en el mantenimiento".
El barrio 7 de Septiembre y Parque Field II fueron ejemplo de esas situaciones durante estas últimas semanas, cuando las cañerías cloacales de los complejos se desbordaron obligaron a vivir a los vecinos en verdaderos "focos infecciosos". Un problema que, afirman, se repite una y otra vez (ver aparte).
Incluso Aguas Santafesinas SA (Assa), a la hora de explicar este tipo de problemas en los desagües cloacales, señala que hay factores estructurales en los edificios, algunos de los cuales tienen más de 30 años. "La situación en los Fonavi es particular y compleja", admitió días atrás el gerente de Relaciones Institucionales de Assa, Guillermo Lanfranco, y agregó que "se trata de redes cloacales que fueron construidas en la década del 70, no siempre se utilizaron los mejores materiales ni los diámetros necesarios para las cañerías; y a eso se suma a veces el mal uso de las instalaciones".
Abandono. José Peralta está al frente de la Asociación Civil Barrios Fonavi y hace más de tres décadas que vive en el complejo de Grandoli y Gutiérrez, donde hay más de 2.100 viviendas en las torres entregadas en los años 80 y se sumaron otras tres mil.
"Acá nunca se hizo mantenimiento, ni antes ni ahora, esto es abandono", afirmó Peralta, y recordó como ejemplo que "los edificios se hicieron con cañerías para las cloacas que son de cemento, porosas, y que se quiebran, pero acá nunca se cambió un caño".
Para Peralta, "las falencias estructurales son tan grandes que hay torres en este barrio y en otros que ni siquiera tienen el final de obra porque nadie quiere poner la firma ni hacerse cargo". Si bien aseguró que "el problema de las cloacas es histórico y uno de los más graves", agregó que "además existen serios problemas de presión de agua".
El mantenimiento de los espacios comunes es otro de los problemas que enfrentan. El mantenimiento de los parques y del alumbrado en los pasillos peatonales, que según Peralta corresponde a la Municipalidad, "son una pelea constante", y a eso se suman “usurpaciones de los propios vecinos y ajenos que construyen cocheras y ampliaciones en lugares donde no se puede”.
Hacia adentro de las torres, los ascensores son otro dolor de cabeza. “Originalmente todos los edificios tenían dos, en algunos sólo funciona uno y en otros directamente ninguno”.
Consorcios. La aprobación de la ley 12.953, sancionada en 2010 por la Legislatura santafesina, posibilita a las familias que se encuentran en posesión de viviendas del Fonavi iniciar los trámites para efectivizar la escrituración definitiva de las unidades, y al mismo tiempo establece la conformación de consorcios en los edificios.
Si bien Peralta fue uno de los impulsores de la normativa, indicó que “en todos estos años en Rosario apenas se lograron unas 150 escrituraciones”, y cuestionó la conformación de los consorcios diciendo que “primero tenemos que lograr que todos seamos propietarios con escritura”.
Dónde están. Lo cierto es que según los datos de la Dirección Provincial de la Vivienda ya se conformaron 36 consorcios en las torres de Ovidio Lagos y Rueda, donde viven alrededor de 996 familias; otros 5 funcionan en el barrio del Sindicato de la Carne, y uno más en las torres de La Paz al 200. En tanto, en el barrio de Solís y Tucumán se trabaja en la formación de tres consorcios, y se avanza con otros diez en las torres de Batlle y Ordóñez y Buenos Aires.
Responsabilidad. El coordinador Territorial de la Dirección de Vivienda, Ubaldo Modarelli, explicó que previo a la conformación “se realiza un curso de capacitación de tres meses donde se explican herramientas jurídicas y contables básicas”, y destacó que “el objetivo fundamental de esta política es que funcione un consorcio responsable que se comprometa a pagar a la cuota y se capaciten para servir a sus vecinos, y en el orden social se trata de que estos barrios, que muchas veces se convierten en guetos intransitables, se integren al resto de la ciudad a través de una participación activa”.
Los que participan. A las críticas de la asociación, Modarelli explicó que “existe un dictamen de la Dirección de Vivienda que permite la participación en el consorcio a todos los adjudicatarios que tengan el boleto de compra venta u otra documentación válida”, y detalló que en Rosario hay tres mil legajos de adjudicatarios solicitando la escritura definitiva y que en la provincia se entregaron unas cuatro mil en total.
Así, los barrios Fonavi buscan regularizar su situación en medio de serios déficit estructurales que vuelven demasiado complicada la vida de quienes habitan en sus departamentos en distintos puntos de la ciudad.
El karma de quienes viven en Parque Field II
“El problema de las cloacas es constante desde hace 30 años”, afirmó María Olga Meonis, presidenta de la Vecinal Independencia. El desborde de la cañerías afecta a las más de 1.400 familias que viven en los monoblocks del barrio Parque Field II (Casiano Casas y Baigorria), y que atraviesan una situación similar a la planteada días atrás en el barrio 7 de Septiembre. En estos edificios de la zona norte los vecinos conviven desde hace más de un mes con el fétido olor y el agua servida que cubre parte de las veredas y en algunos casos los caminos peatonales.
“Hay días en que es imposible transitar”, aseguró la mujer, y sumó el enojo por el incremento de las facturas de “Aguas Santafesinas que todos pagan, y que se duplicaron de 30 a 60 pesos”.
La Capital

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