El ministro de Seguridad de Santa Fe, Leandro Corti,
dispuso el relevo de las máximas autoridades de la Unidad Regional II de
Rosario. Los comisarios Néstor Arismendi y Daniel Cabrera, hasta hoy
jefe y subjefe de la policía local, fueron separados sus cargos y en
esos puestos fueron nombrados Walter Miranda y Hernán Brest, según
informaron hoy fuentes oficiales.
El titular de la cartera de Seguridad pondrá en funciones hoy mismos a
los flamantes jefes de la Unidad Regional II durante un acto que se
realizará en la Jefatura de la Unidad Regional II. Si bien no hubo una
explicación oficial sobre los motivos de los cambios, trascendió que
Arismendi y Cabrera pasarán a ocupar cargos de segunda línea en la
jefatura de policía a nivel provincial.
Con relación a los jefes designados hoy, las fuentes indicaron que
Walter Miranda es un comisario mayor que ocupaba la jefatura de la
Unidad Regional VIII del departamento General López, y Hernán Brest se
desempañaba como subjefe en la departamental de San Lorenzo.
Una vez más los familiares de las
víctimas del triple crimen ocurrido el 1º de enero pasado en villa
Moreno se reunieron con el ministro de Seguridad de la provincia,
Leandro Corti, para reclamarle seguridad y un marco de contención
adecuado a fin de que "en una próxima reunión no tengamos que hablar de
otro muerto", según contó ayer Lita de Suárez, mamá de uno de los
jóvenes asesinados en la canchita de Presidente Quintana y Dorrego.
La mujer contó que, "es permanente el hostigamiento
de los Villalba hacia nosotros", en referencia a la familia de El negro
Eze, detenido y acusado de haber baleado a Maximiliano El hijo del
quemado Rodríguez horas previas a que se desatara el triple crimen. En
ese sentido, Lita dijo que el ministro "se comprometió una vez más a
reforzar la seguridad en el barrio y a buscar una solución de fondo al
tema, aunque sabemos que es muy difícil que puedan sacarlos de aquí", en
relación al pedido que habían hecho para que la familia Villalba sea
desplazada de la villa.
Por su parte, el ministro Corti consideró que "la
reunión fue positiva" y dijo "entender la preocupación que se generó en
las familias de las víctimas del triple crimen a partir de la detención
de Ezequiel Villalba", pero asimismo sostuvo que "el Estado no tiene las
armas legales y jurídicas para obligar a una familia a desplazarse del
barrio donde vive".
Corti recordó que "la presencia policial dispuesta en
la zona con personal de la Tropa de Operaciones Especiales tiende a
descomprimir la situación de enfrentamiento que viven las familias y a
eso se suma la asistencia diaria de referentes del Ministerio que están
en contacto con esta gente para asistirlos en todo lo que requieren".
La última escalada del conflicto ocurrió el pasado
fin de semana cuando, según denunciaron familiares de Claudio Mono
Suárez y Adrián Patón Rodríguez, asesinados junto a Jeremías Trasante,
allegados a El negro Eze dispararon balazos contra sus viviendas después
de una repetida serie de amenazas. Sin embargo, un día más tarde los
Villalba hicieron una contradenuncia que involucraba a sus vecinos.
"Así no podemos vivir más. Necesitamos que la policía
nos acompañe a tomar el colectivo, a hacer las compras. No podemos ni
cruzar la calle", aseguró Lita compungida no sólo porque su vida cambió
el primer día del año cuando mataron a su hijo Claudio, sino porque
desde entonces "el barrio no es lo que era y todos mis hijos sufren
permanentes amenazas y provocaciones de los Villalba".
Declararon tres chicos acusados
Los tres adolescentes que se encuentran bajo arresto
domiciliario acusados de haber participado en el ataque a balazos contra
Maximiliano El hijo del quemado Rodríguez durante la primera madrugada
del año, lo que derivó una hora más tarde en el triple crimen de villa
Moreno, declararon ayer a la mañana ante la jueza de Menores número 3,
Carolina Hernández. Dos de los chicos, asistidos por la abogada Mirna
Segré, sostuvieron “no conocer al joven herido y no haber estado en el
lugar del hecho al que los vinculan”, relató la profesional a este
diario.
En la canchita. Danonino, de 17 años; Chuky, de 15; y
Rodrigo, de 16, habrían sido quienes junto a El negro Eze Villalba iban
en dos motos cuando atacaron a Rodríguez mientras éste estaba en un
costoso BMW en la esquina de Garay y Vera Mujica en compañía de su novia
y otra chica. El motivo de esa balacera, que llevó a El hijo del
quemado a una cama del Hospital de Emergencias, aún es un misterio.
Aunque todo indica que fue la venganza de un ataque a tiros ocurrido un
par de días antes contra otro joven.
La abogada Segré manifestó ayer a este diario que Chuky y Rodrigo
admitieron que “como muchos vecinos del barrio fueron a la canchita
donde se cometió el triple crimen después de que ocurrió el hecho y
cuando todos se habían conmovido por la balacera”, pero negaron “estar
vinculados al ataque contra el señor (Maximiliano) Rodríguez, al que
dijeron no conocer”.